Desde aquí, de las profundidades de algún sitio de Internet, les deseamos todo lo mejor del mundo, un éxitoso futuro a partir de ya y que sus sueños no serán sólo unos sueños no vividos.
En el Oeste moderno habrá que cambiar a partir de ahora el ocho por un nueve, mientras otros civilizaciones llevan calendarios distintos o más bien complementarios al actual calendario gregoriano, en vigor para el mundo cristiano por orden del papa Gregorio XIII desde el fin del siglo XVI.
Llevando otra cuenta, los musulmanes se fijan principalmente en el calendario lunar, que tiene su principio en el año 622 DC, el 16 de julio, según nuestro calendario, y que se encuentra actualmente en los años 1.430/1.431 para este nuestro año 2.009.
Los paises del este asiático, la República China, Taiwán y Japón, Vietnam, la Mongolia y Corea, lo tienen algo más complicados, puesto que se reformó su calendario propio en distintas ocasiones y está basado en ciclos solilunares, incorporando tanto el ciclo solar como el ciclo lunar, y su continuidad no está calculada a base de reglas aritméticas, sino por acaeciminientos astronómicos.
Mientras China adoptó el calendario gregoriano, los taiwaneses empezarón de cero, exactamente con el año 1 en el año 1.912 según nuestra era, y entonces escriben actualmente el año 98.
El calendario propio de la cultura china basa principalmente en los signos del zodiaco chino, los cuales tienen como referencia ciclos de 60 años y no 12 meses como los signos del zodiaco del mundo occidental. Actualmente se encuentran en el ciclo 78 (que va del año 1984 hasta el año 2043) y allí en el tercer siglo parcial (de 2008 hasta 2019).
Este calendario debería ser el más antiguo del mundo conocido, puesto que tenía su cuna durante el reinado del Emperador Amarillo Huángdi de la Dinastía Hàn, en el año 61 de su reinado, que corresponde al año 2.637 AD de la cuenta nuestra. Todo este calendario tiene como base una leyenda sobre el gran Buddha y una gran porción de superstición durante la era de la Dinastía Hàn.
Buddha invitó a todos los animales del universo a su fiesta para celebra el año nuevo, pero aparecieron solamente doce. Para agradecerles su compañía les regaló a cada uno un año de reinado sobre la tierra y manejar el destino de ella y todos los que vivían en ella durante sus épocas de regencia. Estableció el orden de regentar según han aparecido delante de él: primero la Rata, seguida del Buey, del Tigre, de la Liebre, del Dragón, de la Serpiente, del Caballo, de la Oveja, del Mono, del Gallo, del Perro y finalmente del Cerdo.
Pero volvamos a Fuerteventura y a la montaña Tindaya.
Los ya mencionados grabados en formas de pies encima de la montaña Tindaya (a los cuales hemos hecho referencia en el artículo anterior y los cuales causan auténticos quebraderos de cabeza a los arqueólogos y demás interpretes de grabados antiguos en nuestros días y quienes aún tienen dificultades en descubrir su significado) pudiera ser una especie de calendario o más bien una cuenta de épocas – como podrían ser relaciones entre constelaciones solares o lunares concretas y fechas de los nacimientos de los que serían sus futuros reyes.
No está comprobado que los ancestrales moradores de esta isla, que ellos llamaban Erbania, celebraban alguna fiesta en que se refiere al cambio del año. Es más bien pensable que sus fechas festivales se fijaron en los cambios celestes y naturales, por lo tanto hubieran tenido una fiesta similar el día 21 de diciembre, el día más corto del año, o a lo mejor el 21 de junio, el día más largo. Pero toda esta interpretación particular es puramente hipotética, igual a la de los grandes interpretes y arqueólogos mundiales.
Cierto es, que la apoderación de estos pequeños mundos divinos, que hoy día llamamos islas Canarias, por los soldados y mercenarios bajo la protección de la Corona Castellana ha sido un momento drástico e irreversible en la vida independiente y humilde de los mahos y del resto de los habitantes del archipiélago en estas fechas.
Así empieza el calendario propio majorero con el año de la arribada de los corsarios reales y la pérdida de su libertad, el año 1.404.
En el Oeste moderno habrá que cambiar a partir de ahora el ocho por un nueve, mientras otros civilizaciones llevan calendarios distintos o más bien complementarios al actual calendario gregoriano, en vigor para el mundo cristiano por orden del papa Gregorio XIII desde el fin del siglo XVI.
Llevando otra cuenta, los musulmanes se fijan principalmente en el calendario lunar, que tiene su principio en el año 622 DC, el 16 de julio, según nuestro calendario, y que se encuentra actualmente en los años 1.430/1.431 para este nuestro año 2.009.
Los paises del este asiático, la República China, Taiwán y Japón, Vietnam, la Mongolia y Corea, lo tienen algo más complicados, puesto que se reformó su calendario propio en distintas ocasiones y está basado en ciclos solilunares, incorporando tanto el ciclo solar como el ciclo lunar, y su continuidad no está calculada a base de reglas aritméticas, sino por acaeciminientos astronómicos.
Mientras China adoptó el calendario gregoriano, los taiwaneses empezarón de cero, exactamente con el año 1 en el año 1.912 según nuestra era, y entonces escriben actualmente el año 98.
El calendario propio de la cultura china basa principalmente en los signos del zodiaco chino, los cuales tienen como referencia ciclos de 60 años y no 12 meses como los signos del zodiaco del mundo occidental. Actualmente se encuentran en el ciclo 78 (que va del año 1984 hasta el año 2043) y allí en el tercer siglo parcial (de 2008 hasta 2019).
Este calendario debería ser el más antiguo del mundo conocido, puesto que tenía su cuna durante el reinado del Emperador Amarillo Huángdi de la Dinastía Hàn, en el año 61 de su reinado, que corresponde al año 2.637 AD de la cuenta nuestra. Todo este calendario tiene como base una leyenda sobre el gran Buddha y una gran porción de superstición durante la era de la Dinastía Hàn.
Buddha invitó a todos los animales del universo a su fiesta para celebra el año nuevo, pero aparecieron solamente doce. Para agradecerles su compañía les regaló a cada uno un año de reinado sobre la tierra y manejar el destino de ella y todos los que vivían en ella durante sus épocas de regencia. Estableció el orden de regentar según han aparecido delante de él: primero la Rata, seguida del Buey, del Tigre, de la Liebre, del Dragón, de la Serpiente, del Caballo, de la Oveja, del Mono, del Gallo, del Perro y finalmente del Cerdo.
Pero volvamos a Fuerteventura y a la montaña Tindaya.
Los ya mencionados grabados en formas de pies encima de la montaña Tindaya (a los cuales hemos hecho referencia en el artículo anterior y los cuales causan auténticos quebraderos de cabeza a los arqueólogos y demás interpretes de grabados antiguos en nuestros días y quienes aún tienen dificultades en descubrir su significado) pudiera ser una especie de calendario o más bien una cuenta de épocas – como podrían ser relaciones entre constelaciones solares o lunares concretas y fechas de los nacimientos de los que serían sus futuros reyes.
No está comprobado que los ancestrales moradores de esta isla, que ellos llamaban Erbania, celebraban alguna fiesta en que se refiere al cambio del año. Es más bien pensable que sus fechas festivales se fijaron en los cambios celestes y naturales, por lo tanto hubieran tenido una fiesta similar el día 21 de diciembre, el día más corto del año, o a lo mejor el 21 de junio, el día más largo. Pero toda esta interpretación particular es puramente hipotética, igual a la de los grandes interpretes y arqueólogos mundiales.
Cierto es, que la apoderación de estos pequeños mundos divinos, que hoy día llamamos islas Canarias, por los soldados y mercenarios bajo la protección de la Corona Castellana ha sido un momento drástico e irreversible en la vida independiente y humilde de los mahos y del resto de los habitantes del archipiélago en estas fechas.
Así empieza el calendario propio majorero con el año de la arribada de los corsarios reales y la pérdida de su libertad, el año 1.404.
En este sentido:
Feliz Año 605 d.C. (después de la Conquista)
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