jueves, 1 de enero de 2009

2.008 ad acta, ¡viva el 2.009!

Desde aquí, de las profundidades de algún sitio de Internet, les deseamos todo lo mejor del mundo, un éxitoso futuro a partir de ya y que sus sueños no serán sólo unos sueños no vividos.

En el Oeste moderno habrá que cambiar a partir de ahora el ocho por un nueve, mientras otros civilizaciones llevan calendarios distintos o más bien complementarios al actual calendario gregoriano, en vigor para el mundo cristiano por orden del papa Gregorio XIII desde el fin del siglo XVI.

Llevando otra cuenta, los musulmanes se fijan principalmente en el calendario lunar, que tiene su principio en el año 622 DC, el 16 de julio, según nuestro calendario, y que se encuentra actualmente en los años 1.430/1.431 para este nuestro año 2.009.

Los paises del este asiático, la República China, Taiwán y Japón, Vietnam, la Mongolia y Corea, lo tienen algo más complicados, puesto que se reformó su calendario propio en distintas ocasiones y está basado en ciclos solilunares, incorporando tanto el ciclo solar como el ciclo lunar, y su continuidad no está calculada a base de reglas aritméticas, sino por acaeciminientos astronómicos.

Mientras China adoptó el calendario gregoriano, los taiwaneses empezarón de cero, exactamente con el año 1 en el año 1.912 según nuestra era, y entonces escriben actualmente el año 98.

El calendario propio de la cultura china basa principalmente en los signos del zodiaco chino, los cuales tienen como referencia ciclos de 60 años y no 12 meses como los signos del zodiaco del mundo occidental. Actualmente se encuentran en el ciclo 78 (que va del año 1984 hasta el año 2043) y allí en el tercer siglo parcial (de 2008 hasta 2019).

Este calendario debería ser el más antiguo del mundo conocido, puesto que tenía su cuna durante el reinado del Emperador Amarillo Huángdi de la Dinastía Hàn, en el año 61 de su reinado, que corresponde al año 2.637 AD de la cuenta nuestra. Todo este calendario tiene como base una leyenda sobre el gran Buddha y una gran porción de superstición durante la era de la Dinastía Hàn.

Buddha invitó a todos los animales del universo a su fiesta para celebra el año nuevo, pero aparecieron solamente doce. Para agradecerles su compañía les regaló a cada uno un año de reinado sobre la tierra y manejar el destino de ella y todos los que vivían en ella durante sus épocas de regencia. Estableció el orden de regentar según han aparecido delante de él: primero la Rata, seguida del Buey, del Tigre, de la Liebre, del Dragón, de la Serpiente, del Caballo, de la Oveja, del Mono, del Gallo, del Perro y finalmente del Cerdo.

Pero volvamos a Fuerteventura y a la montaña Tindaya.

Los ya mencionados grabados en formas de pies encima de la montaña Tindaya (a los cuales hemos hecho referencia en el artículo anterior y los cuales causan auténticos quebraderos de cabeza a los arqueólogos y demás interpretes de grabados antiguos en nuestros días y quienes aún tienen dificultades en descubrir su significado) pudiera ser una especie de calendario o más bien una cuenta de épocas – como podrían ser relaciones entre constelaciones solares o lunares concretas y fechas de los nacimientos de los que serían sus futuros reyes.

No está comprobado que los ancestrales moradores de esta isla, que ellos llamaban Erbania, celebraban alguna fiesta en que se refiere al cambio del año. Es más bien pensable que sus fechas festivales se fijaron en los cambios celestes y naturales, por lo tanto hubieran tenido una fiesta similar el día 21 de diciembre, el día más corto del año, o a lo mejor el 21 de junio, el día más largo. Pero toda esta interpretación particular es puramente hipotética, igual a la de los grandes interpretes y arqueólogos mundiales.

Cierto es, que la apoderación de estos pequeños mundos divinos, que hoy día llamamos islas Canarias, por los soldados y mercenarios bajo la protección de la Corona Castellana ha sido un momento drástico e irreversible en la vida independiente y humilde de los mahos y del resto de los habitantes del archipiélago en estas fechas.

Así empieza el calendario propio majorero con el año de la arribada de los corsarios reales y la pérdida de su libertad, el año 1.404.

En este sentido:

Feliz Año 605 d.C. (después de la Conquista)


miércoles, 3 de diciembre de 2008

Vuelven a regentar los Reyes Mahos

Se acercan las fiestas navideñas, el salto del año y la celebración del viaje dádiva de los Reyes Magos. Costumbres que han sido adaptadas de la sociedad dominante pasada la Edad Media hasta los tiempos modernos, actualizadas a mitad del camino hacia nuestra época. En este camino de alrededor de dos milenios se han perdido o simplemente borrado costumbres, creencias y conocimientos de civilizaciones que no han sido convenientes a los autoridades entonces dominantes y que interfirieron con la idea mundial sobre la tierra en distintas épocas de la evolución humana en europa central hasta el oriente medio.

No se sabe mucho sobre las fiestas de los antiguos moradores de la isla, cuyo dominio sobre este terreno terminó con la arribada de sus nuevos autoridades castellanos hace más de seis siglos. Suponemos que se fijaron en los ciclos celestes, parecido a muchas otras culturas antes de sus 'descubrimientos' por invasores del mundo moderno, que impusieron sus valores culturales y religiosos a la fuerza bruta. Con el paso de tiempo se quedaron en olvido las supersticiones endémicas, las culturas insólitas, las religiones individuales.

Hoy día nos fijamos en estos valores antiguos, importante parte del funcionamiento de la sociedad del pasado, intervenimos para salvar lo poco que queda de culturas ya muertas, interpretamos - o por lo menos lo intentamos - hallazgos rupestres y demás señales de vida en forma de garabatos de nuestro antepasados ancestrales para determinar sus conocimientos de la vida, del mundo, del universo.

Salvamos dibujos de pies, grabados en placas de piedras en lo alto de una montaña, en los cuales vemos e interpretamos el estatuto de una sociedad entera, tanto el comportamiento y la religión como los conocimientos de la astrología y geología de un pueblo del mundo antiguo que hemos borrado antes de ellos han podido explicarse al respeto, siendo hoy día incapaces de determinar su significado, con toda la técnica moderna de la que disponemos.

Póstumo les agradeceremos que han sido presentes en estas fechas concretas. ¿Qué hubiera pasado si la isla hubiera sido despoblada cuando los vasallos de la Corona de Castilla la sometieron bajo su dominio? ¿Si hubiesen adentrado los descubridores en spe por el territorio majorero y no hubiesen encontrado a nadie?

Ni siquiera existiese el término 'majorero'.

Saludos de Ayose y Guise.


lunes, 27 de octubre de 2008

Un trabajo duro

Los objetos más fotografiados en la isla son sin duda los molinos de viento, más o menos bien conservados y restaurados. Salvo algunas excepciones, la mayoría de estos testigos del pasado se encuentran situados en la periferia de los pueblos norteños - Valles de Ortega, Villaverde, El Corte, El Roque son solo algunos ejemplos.

Poca gente se acuerda del duro trabajo de un molinero y su familia. Hoy día compramos la harina directamente en el súper, en paquetes de uno, dos o 5 kilos. Todo el proceso está automatizado y ayudado por máquinas, desde la carga hasta el empaquetado. Una labor de la que ha tenido que encargarse el molinero y la molinera por completo con una única ayuda, la del viento.

Pero como ya he dicho, esto es historia del pasado. Hoy día nos fascinan los molinos por lo poco común que son en el actual paisaje de nuestro mundo moderno. Por suerte algunos nostálgicos han salvado estos inmuebles del derribo, los han reformado y en algunos casos los molinos más grandes han sido destinados como vivienda.

En la isla no hay molinos tan grandes como para vivir en ellos, pero sí hay más que una docena bien conservados, y hoy día se encuentran bajo protección estatal, declarados como patrimonio histórico. Uno de los mejor restaurados es el molino de Los Llanos de la Concepción, situado en la perifería del pueblo, accesible a través de algunos caminos de tierra.

Merece una visita.